¿Juego o resultados? El madridismo decide

Desde que el Barcelona ganara el famoso Triplete y Florentino se presentara a la presidencia de la casa blanca, los madridistas no han hecho otra cosa que repetir que este año ellos iban a darle un baño al Barça, que lo iban a ganar todo, que iban a jugar como ellos y demás utopías dignas de la emoción del momento.

Pero la realidad no es otra que el Madrid en un momento delicado, segundo a tres puntos del Barcelona y humillado en Copa ante el Alcorcón, todo unido a que el equipo no acaba de ser constante en el buen juego, que se presenta de a ratos. Por esto ya se está hablando de la posible destitución de Pellegrini, incluso llegando a nombrar algunos sustitutos como Luis Aragonés o Valdano.

Está claro que el Real Madrid y el madridismo en general tienen un conflicto de intereses. Por un lado quieren buen juego, y por el otro buenos resultados, y además, lo quieren todo ya, y es imposible.

En el caso de que se decida apostar por el buen juego a costa de las victorias de momento, el indicado sería Pellegrini, que tiene ideas bastante claras que poco a poco se irán plasmando en el campo, aunque quizás cueste unas cuantas decepciones.

La otra opción es la de las victorias, y aquí la solución también está clara: fuera Pellegrini y dentro un entrenador tipo Capello, con mano dura y juego sólido pero sin espectáculo aunque efectivo a más no poder.

Lo que no se puede es pedir a Pellegrini que juegue bien y ya, porque si fuese capaz de eso probablemente habría ganado la Champions con el Villarreal o algo por el estilo. Para mi lo mejor en el Real Madrid sería confiar en el chileno, a pesar de los múltiples aficionados que no entienden de Fútbol que van a pedir su cabeza, y esperar a que los resultados lleguen.

Sobre el tema de Guti, exactamente para eso se contrato a Pellegrini, ya que se había visto en casos anteriores como no tenía problema a la hora de aplicar castigo al que lo merecía, como en el caso Riquelme, y ahora cuando no lo convoca supuestamente por lesión se le critica por dejarlo fuera y se pone como un problemón su discusión, cuando ya está solucionada.

En definitiva, queda claro que nunca se ha logrado nada echando entrenadores sin darles su tiempo, pero el modelo Premier parece no implantarse en España y cuentan demasiado los resultados y no se le deja al manager hacer su trabajo e imponer su estilo.

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