Francisco “Cañoncito” Varallo, el último de 1930

A los 100 años de edad, ayer 30 de agosto de 2010 nos fallecía Francisco Varallo, el último superviviente de la final del Mundial de 1930.

Francisco Antonio "Pancho" Varallo nació en Los Hornos, La Plata, Argentina el 5 de febrero de 1910 en el seno de una familia de clase media. Siendo un niño se unió al club 12 de Octubre, donde jugaban su padre y sus cuatro tíos y empezó a jugar como carrilero derecho. A los 8 años hizo unas pruebas para jugar como delantero en Estudiantes, anotando 12 goles, pero el 12 de Octubre no permitió su salida. A los 18 años empezó a jugar para Gimnasia de La Plata, debutando en la tercera del club con una victoria por 9-1, lo que le valdría el ascenso al primer equipo, con el que ganaría el torneo Argentino en 1929.

Sus buenas actuaciones con Gimnasia lo llevaron a la Selección Argentina, con la que debutó en un amistoso pocos meses antes del Mundial de 1930. Siendo apenas un chaval fue convocado para la Copa del Mundo y comenzó como titular en una época en la que los jugadores más veteranos elegían los que jugaban. Cuenta que el día de su debut mundialista ante Francia le preguntó a su compañero y capitán Manuel Ferreira cómo tenía que jugar y él le contestó: “juegue como usted sabe, haga lo que quiera”.

Su primer gol como internacional llegaría en el partido de la fase de grupos ante México, un encuentro que Argentina ganaría por 6-3, pero en el siguiente partido se lesionó, perdiéndose la semifinal ante Estados Unidos. La mañana de la final, a pesar del dolor y de las recomendaciones de los médicos, decidió que estaba en condiciones de jugar el partido ante Uruguay. Argentina empezó ganando y se fue al descanso 2-1 y jugando mejor que su rival, pero en el segundo tiempo Varallo se lesionó y tuvo que abandonar el campo dejando a la albiceleste con diez, ya que no había cambios. Después de él, dos más se lesionaron, dejando el partido ocho contra once, por lo que Uruguay remontó levándose la primera Copa del Mundo. En una entrevista concedida años más tarde, Varallo expresó su recuerdo: “Nos ganaron de guapos, porque nosotros éramos superiores y jugábamos mejor. Esa final la teníamos casi ganada y se nos escapó de las manos. Todavía tengo mucha bronca".

En 1931, con la llegada del profesionalismo, Boca Juniors compró a Varallo por 10.000 pesos, una cantidad altísima para la época. Varallo tardó tres partidos en anotar su primer gol, y acabó completando un gran año marcando 27 goles que llevarían a Boca a levantar el primer campeonato de la era profesional.

En el año 1933 fue el Máximo Goleador de Sudamérica con 34 goles en 34 partidos, destacando los 6 tantos convertidos ante Chacarita en la Copa Competencia. En 1934 y en 1935 ganaría otras dos veces el campeonato argentino con grandes cifras goleadoras. En 1937 se levantaría como Campeón Sudamericano con Argentina, y ese año fue víctima de una lesión de rodilla, a pesar de la cual marcó 22 goles en 20 partidos. Sus problemas de rodilla lo llevaron a retirarse en 1940 a los 30 años de edad.

En su trayectoria como xeneize se convirtió en el máximo goleador histórico del club con 180 tantos en torneos locales, promediando 0.87 goles por partido, récord que perduraría hasta 2008, cuando fue superado por Palermo. Además, anotó 31 goles en 38 amistosos y 14 goles en 13 partidos de copas. En 1994 recibió la Orden del Mérito de la FIFA, el máximo galardón de honor que otorga la FIFA, formando parte del selecto grupo de 17 futbolistas que la poseen. Además, en 2008 fue declarado Ciudadano Ilustre de La Plata.

Como último superviviente de la final de 1930, Varallo forma parte de la gran historia del Fútbol.

Descanse en paz