La frase bíblica parece haber encontrado un claro significado en este Mundial, donde las sorpresas afloran cada día y no hay partido fácil para nadie, lo que ha llevado a los últimos en marcharse de Alemania 2006, Francia e Italia, a marcharse los primeros de Sudáfrica 2010 con la palabra vergüenza tatuada en sus frentes.
Para Francia, los problemas empezaron en el primer partido ante Uruguay, contra los que solo pudieron obtener un 0-0 con un juego que dejaba mucho que desear, pero por sus jugadores, la plantilla ‘bleu’ no estaba descartada hasta la debacle contra México y el 2-0 en contra que dejaría como principal historia las poco amistosas palabras de Anelka contra su entrenador Domenech en el vestuario tras ser sustituido: “Que te den por el culo, sucio hijo de puta”.
En principio, todo quedó en el vestuario, pero alguien, un traidor para los jugadores, filtró todo lo ocurrido, lo que obligó a la Selección a expulsar a Anelka de la concentración ante la mirada atónita de todo el planeta. Tras la expulsión se sucedieron las reacciones: los jugadores se negaron a entrenar, Ribéry apareció en una entrevista a Domenech al borde de las lágrimas y Evra declaró que hay un traidor en la plantilla. Además, el prestigioso diario L’Equipe publicó un editorial durísimo que dice, entre otras muchas cosas, lo siguiente:
"Estos jugadores no merecen las lágrimas ni el enfado de la gente. Sería dar demasiado a unos hombres que no saben regalar nada. (...) Tenemos que reírnos de nuestros pilares (Ribéry, Gallas y Anelka) que se creen más que el resto. Es necesario analizar el papel de Domenech, ahogado en su ego pero superado por el ego de sus jugadores. Hay que aprovechar la oportunidad para educar a nuestros hijos y relativizar delante de ellos las cosas del deporte. (...) Empieza a salir la verdad sobre el comportamiento de esos raperos de los suburbios, que han apartado a Gourcuff, un francés de clase media-alta de un pueblo de Bretaña".
La guinda a la actuación francesa llegó con la derrota ante Sudáfrica que los deja últimos de grupo con un solo punto tras un partido en el que Abidal incluso se negó a jugar. Quizás ahora sea fácil hablar, pero Francia debería haber cambiado de entrenador en cuanto se descubrió que se basaba en el horóscopo para convocar a sus jugadores, lo que ha dejado a un grande como Nasri sin Mundial.
Algo menos triste fue la eliminación de Italia, que lo intentó pero solo pudo cosechar dos empates y una derrota en tres partidos con un juego horrible y sin su habitual exceso de suerte. Contra Paraguay, el empate fue bastante justo, aunque el gol italiano llegó con mucha suerte tras una salida a lo Batman del arquero paraguayo. En el segundo partido, uno de los peores equipos del Mundial, Nueva Zelanda, anotó un gol a los 6 minutos e Italia solo fue capaz de empatar en los 84 restantes. Y ante Eslovaquia se vieron desbordados por un equipo mejor y, aunque casi consiguen el empate por pura suerte, no merecieron otra cosa que la derrota.
Es momento de plantearse el futuro para un equipo italiano con jugadores muy mayores que no jugarán el próximo Mundial como Buffon, Gattuso o Pirlo, ya que de no encontrar sucesores dignos para los que se van, Italia caerá en la mediocridad sin remedio alguno.
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