De la mano de Suárez

 
El partido Ghana – Uruguay es uno de esos que jamás serán olvidados por cualquier aficionado. Cuando seamos abuelos podremos decirle a nuestros nietos que nosotros vimos el mejor final de un partido de la historia en directo.

El gran final empezó en el minuto 121 cuando Suárez dos veces sobre la línea el gol de la victoria de Ghana, la segunda de ellas con la mano, lo que significaba penalti y expulsión y alargar la vida de Uruguay unos segundos más. Pero el Dios del Fútbol quiso que el tiro de Gyan se estrellara en el larguero y saliese, llevando el partido a la tanda de penaltis de la manera más dramática de todos los tiempos.

En los penaltis, Forlán marcó el primero de los charrúas cediéndole la presión a Gyan otra vez, que no esquivó su responsabilidad y anotó. A partir de ahí marcaron todos los uruguayos y Muslera se convirtió en héroe al parar los penaltis de Jonathan Mensah y Dominic Adiyiah.

En el penalti decisivo, el turno era de Sebastián Abreu, conocido como ‘el Loco’ por sus extravagancias, entre ellas su manera de tirar los penaltis, muchas veces a lo Panenka. Y esta vez, en el penalti más importante de su vida, no fue menos. Abreu corrió como para tirar con furia y en el último momento y con el portero tirado la picó con la punterita para poner a Uruguay entre los cuatro primeros del mundo de la manera más hiriente para los ghaneses.

Lo vivido hoy en el Soccer City será recordado para toda la historia como el mejor final de la historia de la Copa del Mundo, por la mano de Suárez, por la heroicidad de Abreu, por la emoción del mejor Fútbol.