Joseph Blatter, luces y sombras en el poder

Por todos es sabido que la FIFA es uno de los órganos más influyentes y que más dinero mueven del mundo, pero menos conocido es el hombre que maneja la gran máquina, Joseph Blatter, el presidente de la Federación Internacional de Football Association Fútbol Asociación.

Joseph “Sepp” Blatter nació el 10 de marzo de 1936 en Visp, Suiza, cerca de la famosa montaña alpina Matterhorn. Comenzó sus estudios en Sion, donde acabó el bachillerato para pasar a la Universidad de Lausana, en la que realizaría con éxito las carrera de Derecho, Administración de Empresas y Economía.Entre 1948 y 1971 dice su biografía que fue futbolista aficionado de la Primera División Amateur de Suiza. Su carrera profesional la comenzó como Jefe de Relaciones Públicas de la Oficina de Turismo del Cantón de Valais, hasta que en 1964 se convirtió en Secretario General de la Federación Suiza de Hockey sobre hielo. Más tarde comenzó a trabajar en la relojería Longines S.A., a la que representó en calidad de Director de Relaciones Públicas y Deporte en los Juegos Olímpicos de 1972 y 1976, en los que participó en la organización y el cronometraje, adentrándose en el mundo del deporte.

En 1975, la FIFA lo contrata para llevar a cabo los proyectos de desarrollo del Fútbol del por entonces presidente João Havelange, encontrándose entre ellos la organización de campeonatos internacionales sub-17, sub-20, femeninos y de futsal, actualmente muy arraigados en la FIFA.

Seis años más tarde y gracias a su conocimiento de cinco idiomas (alemán, francés, inglés, español e italiano) fue nombrado Secretario General de la FIFA y en 1990 volvió a ser ascendido a Director Ejecutivo, organizando bajo su mandato los Mundiales de España 1982, México 1986, Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998. En 1998, gracias al apoyo de varias confederaciones, decide presentarse como candidato a la presidencia de la FIFA, siendo elegido en el Congreso de 1998, reelegido en 2002 y reelegido en 2007 para su tercer mandato, actualmente en curso.

Su carrera al frente de la FIFA ha tenido luces y sombras. En el lado positivo están el aumento de la facturación de la FIFA, la expansión del deporte en las zonas más desfavorecidas, las alianzas con UNICEF y la OMS para ayudar a erradicar la pobreza y el hambre, el apoyo a los campos de refugiados y la lucha contra la explotación infantil. Gracias a todo eso ha obtenido numerosos reconocimientos como la Orden Olímpica, Miembro de Honor de la Asociación Suiza de Fútbol, Personalidad humanitaria internacional del año, Premio Americano Global por la Paz, Orden al Mérito de UEFA en diamante, Socio de honor del Real Madrid, dos veces Doctor honoris causa y varios reconocimientos de alto grado otorgados por los gobiernos de diversos países como Marruecos, Yemen, Francia, Malasia, Sudáfrica Jordania o Sudán. Además, es miembro del Comité Olímpico Internacional y del Consejo de la Fundación Mundial de antidopaje.

En lado negativo de su mandato está representado por las diversas acusaciones de corrupción. Su elección como presidente estuvo marcada por la polémica, ya que el miembro somalí Farra la Alharaca lo acusó públicamente en 2002 de ofertar 100.000€ a cambio de cada voto a favor.

Poco después, uno de sus allegados, Michael Zen-Ruffinen, redactó un informe sobre el mal manejo económico de la FIFA apoyado por el entonces presidente de la UEFA y ex competidor de Blatter por el puesto de presidente Lennart Johansson. El dossier fue puesto en manos de la justicia suiza, que no tomó ninguna medida. Como consecuencia, Zen-Ruffinen fue expulsado de la FIFA. Además, libros como “Foul”  o “Tarjeta roja. El libro secreto de la FIFA”  lanzan graves acusaciones contra el presidente que nunca han sido probadas.

Pero sus problemas no han sido sólo relacionados con la corrupción. Blatter ha declarado que la simulación de los jugadores debe tener su lugar en el juego, alegando que cuando el jugaba en las ligas inferiores se tiraba y todos lo sabían. Tampoco sentó bien el veto que estableció para jugar a alturas de más de 2.500 metros, lo que perjudicó a Bolivia, Perú y Ecuador.

También tuvo sus más y sus menos con el Fútbol español, ya que el consejero de deportes Jaime Lissavetzky presionó para que las federaciones no clasificadas para los JJ.OO. de 2008 convocaran elecciones, a lo que Platini, presidente de la UEFA establecido por Blatter para “limpiar” en Fútbol europeo, respondió mostrando su apoyo al presidente Villar. Ante la situación, Blatter amenazó con apartar a las selecciones y a los equipos españoles de las competiciones internacionales si el gobierno intervenía en el Fútbol.

Antes de la celebración del Mundial de Sudáfrica 2010, Blatter también se vio en el punto de mira tras declarar que en caso de que las obras de adecuación del país a la Copa del Mundo no avanzaran a tiempo la sede podría se cambiada. Sus declaraciones crearon gran malestar en Sudáfrica, sobre todo después de decir que había tres países que podrían organizar un Mundial en cualquier momento.

La otra gran fuente de problemas de Blatter viene de la mano del arbitraje, más concretamente de la utilización de la tecnología en éste. Sus declaraciones cortaron los vientos de renovación : “No insistan con esto de la tecnología. Porque si el árbitro y sus asistentes se ponen a discutir una jugada en un video, el público se va del estadio. Aunque el árbitro se equivoque, el fútbol tiene que ser humano, hay errores pero sobre todo pasión”. Además, el arbitraje también le jugó una mala pasada cuando la Federación Irlandesa pidió la repetición del partido entre Irlanda y Francia por la clasificación del Mundial debido a la mano de Henry que le dio la clasificación a los ‘bleus’. La respuesta de la FIFA fue rápida, diciendo que las decisiones del árbitro eran inapelables, lo que llevó a Irlanda a declarar que la FIFA estaba a favor de Francia.

En cuanto a si vida personal, ‘Sepp’ tiene una hija y actualmente se encuentra casado con su tercera mujer de 30 años menos que él. Lo que nadie sabe es cuanto cobra, aunque todas las previsiones coinciden de que sus honorarios no son inferiores a 2.5 millones de euros anuales.

En definitiva, al igual que todo personaje de poder, Blatter ha estado constantemente en el punto de mira de todos, aunque nunca ha podido probarse que hiciese algo ilegal. Además, ha conseguido mantener la unión dentro de la FIFA y ha trabajado mucho y bien por el desarrollo del Fútbol.