Lutz Pfannenstiel nació el 12 de Mayo de 1973 en Zwiesel, el sur de Alemania. Puede que no sea el mejor portero del mundo, pero si es el único futbolista que ha jugado en 24 equipos de todos los continentes habitados.
Su carrera empezó en los juveniles del Bayern Múnich, pero ante la falta de oportunidades se marchó al 1. FC Bad Kötzting, otro equipo alemán de divisiones bajas. Allí estuvo desde el 91 hasta el 93.
Desde allí se movió al Penang FA de Malasia, donde permaneció hasta el 94. Entonces fichó por el Wimbledon inglés, que en ese momento jugaba en la Premier. Al año siguiente, en 1995, se fue al histórico Nottingham Forest, también de Inglaterra. Por la falta de juego, en el 95 también se marchó al Sint-Truidense belga. En Bélgica tampoco tuvo minutos, por lo que se fue al Ħamrun Spartans FC de Malta, donde pudo jugar algo más, pero tampoco como él deseaba.
Desde Malta se marchó a Singapur, donde militó en el Sembawang Rangers en el 96, aunque no llegó a completar un año, ya que en 1996 también jugó en el Orlando Pirates de Sudáfrica, donde fue titular y disfrutó de bastantes minutos de juego.
En la temporada 1996/1997 volvió al Nottingham Forest, donde jugó más que en su anterior etapa. Aun así, en el 97 jugó en el TPV de Finlandia donde jugó algo. En la temporada 97/98 estuvo por tercera vez en el Forest, completando su mejor etapa allí.
Pero la siguiente temporada volvió a mudarse y se fue a Alemania, concretamente al SV Wacker Burghausen, donde, extrañamente, solo duró una temporada. La siguiente, la 99/00, volvió a Singapur, esta vez al Geylang United FC, en el que duró hasta el 2000.
En 2001 jugó en tres equipos. Primero en el Dunedin Technical neozelandés, donde más partidos jugó en una temporada. Luego, en el Bradford Park Avenue inglés, donde también jugó bastante; y por último, en el ASV Cham alemán.
En 2002 volvió al Dunedin Technical, donde estuvo un año. En el 2002/2003, volvió al Bradford Park, para marcharse por tercera vez al Dunedin Technical.
En 2004 se fue a Canadá, al Calgary Mustangs, donde jugó mucho, pero se marchó igualmente al Otago United de Nueva Zelanda, donde estuvo hasta el 2006.
Del 2006 al 2007 estuvo jugando en Albania, en el FK Vllaznia. En 2007 probó el fútbol de Noruega, marchándose al Bærum, del que pronto se fue a Canadá de nuevo, al Vancouver Whitecaps.
En el 2008 jugó por primera vez en Sudamérica, más concretamente en el Hermann Aichinger brasileño, del que se marchó para jugar este año en el Fløy noruego y actualmente está en el Manglerud Star de Noruega, donde es un preparador/jugador.
En total, ha jugado 354 partidos en 18 años de carrera como portero, pero aun tiene 36 años, y él quiere seguir jugando, y afirma que su sueño está en la liga argentina.
Con tanto viaje tiene muchas historias curiosas que contar, como las siguientes:
- En Nueva Zelanda entraron a robar en su casa cuando el no estaba y se llevaron varios objetos de valor, incluyendo dos camisetas con su nombre. Pocos días después un compañero le dijo que en la calle había dos maoríes usando esas camisetas. Fue, y de tan enfadado que estaba, se peleo con ellos. Los venció. La policía los arrestó y le contó que llevaban más de dos años buscándolos, eran delincuentes peligrosos.
- En la Navidad del 2002, chocó con un rival. Fue terrible: quedó en el suelo, su corazón dejó de latir y lo declararon muerto. El médico del equipo lo revivió con respiración boca a boca. El árbitro paró el partido, algo que nunca pasa en Inglaterra. A las dos semanas ya estaba jugando...
- En Finlandia, se jugaba con 30 grados bajo cero. Le pasó de que se le congelaban las pestañas en pleno partido.
- En Singapur fue algo espantoso: lo acusaron de corrupción, por haber ganado partidos en los que él había apostado para su equipo. Lo llevaron a prisión y fue interrogado, pero después la FIFA lo absolvió. En Asia el fútbol es muy peligroso.
- En Canadá, donde fue compañero del argentino Walter Otta, se jugaba con mucho frío y césped artificial, de baja calidad. Eso es muy peligroso: si te caes te puedes lesionar. En siete meses rompió 45 pantalones. Ese es otro récord mundial.
Con una vida tan movida, Lutz tiene que ser un hombre muy culto, ante todo con mucho mundo. Está claro que su filosofía es: oferta que llega, oferta que acepta, cuanto más exótica mejor. Ya sabe el Barcelona donde conseguir un portero que mejore el nivel actual…
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