Jugar con un héroe, algo tan complicado que casi te convierte en uno si
juegas a su lado, una de las cosas más reconfortantes ya que te da confianza,
aliento y ganas. Motiva hasta tal punto que haces todo lo posible para jugar
bien. Hay tres tipos de héroes en el campo:
- El Goleador: éste es el héroe más valorado por las masas a pesar de que lo único que hace es un caño a la portería. Hay dos tipos que son los habilidosos que sacan magia de cualquier lado y no para hasta conseguir un gol que levante pancartas y el rematador que sabe empujar bien el balón y sobre todo sabe donde estar. Ambos se suelen saber mover por los huecos para recibir el balón.
- El Cerebro: a éste se le da una atención cuando hace una gran actuación o cuando falta, es un jugador que distribuye el juego, da pases a los delanteros y suele ser el centro del equipo. Este jugador siempre está buscando los desmarques y una gran función es decidir la velocidad del juego del equipo. Por llamarlo de alguna manera es la estrella discreta.
- El Defensor: éste apenas tiene atención y a veces se le alaba por un buen partido o se le dice de buen jugador pero jamás llega a ganar algo individual. Es un muro defensivo normalmente alto y con buen remate de cabeza por lo que suele ser una referencia en los balones parados y un cerrojo atrás. Puede ser un jugador que recupera balones con entradas normales o un rompe piernas.
Los tres tipos pueden levantar al equipo con una sola frase y a la vez hundirlo,
cambiar el rumbo del partido y casi cualquier cosa en el fútbol.
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